¿Ser mujer condiciona lo que haces y cómo lo haces?

De hecho que sí impacta ser mujer, lo que hago y cómo lo hago, pero no es obviamente el único condicionante, hay varios, y dentro de mi identidad también agrego que no solo soy mujer, sino que también soy una mujer de color. 

Aquí en Canadá, soy una minoría, entonces se deja representar no sólo en las ilustraciones que creo, sino, en los temas que represento. Por ejemplo, dentro de mi trabajo siempre trato de representar a mujeres como yo, mujeres marrones, lo que me permite conectar desde muy jóven, con más mujeres.

Recuerdo que al hacer ilustraciones, veía una serie que se llamaba “Mujeres protesta” y en ellas se encontraban protagonistas cargando algún tipo de cartel, con temas que iban desde el acoso sexual callejero hasta “yo soy de la selva”. Con este último, busco cuestionar cómo la exotificacion de la mujer amazónica también impacta en con quién trabajo y con quién decido trabajar.

Los valores y compromisos que tengo decididos siempre es priorizar con organizaciones que trabajen y compartan los mismos valores que yo. 

Trabajo con organizaciones que buscan acceso legal seguro al aborto, que están orientadas a la justicia ambiental y en ese sentido, los temas a los que me aproximo, tienen que ver con el género pero también a un tipo de feminismo que yo sigo que es tener cuidado, tener en mente una ética del cuidado, de formar más solidaridad entre nosotros, entre la gente. No sólo con la que trabajo sino también con mi audiencia con la que a veces me relaciono y trato de traer temas que son importantes para mí.

Algo que sí creo que afecta un poco, sobre todo dentro de la industria más como vía comercial, es el momento de negociar, siento que muchas veces se ha esperado que por mi género sea más complaciente, siempre sonriente, sea más burbujeante y yo soy bastante juguetona, pero también soy bastante directa y seria, sobre todo, cuando se trata de negocios. 

Siento que, sobre todo cuando se trata de que valoren tu trabajo financieramente y también creativamente, tengo bastantes límites, y existen oportunidades en las que siento que los clientes esperan que yo no ponga esos límites, de que sea más complaciente, que sea más feliz, más agradecida de que me estén dando trabajo.

Hay veces que tengo que tener un balance y ceder a ciertas cosas que quizás a un compañero ilustrador de repente no le pasaría, siento que es cierto que se le respeta más al hombre,  a la mujer se le extiende un poco más, a un cuestionamiento o cómo pueden haber como más percepciones negativas a alguien que pone más límites dentro de su trabajo y en ese sentido, como mujer he tenido que aprender a cambiar de códigos rápidamente, a cómo reconocer el vocabulario que uso para poner límites, pero también a hacerlo de una manera que sea encantadora, aunque sea como que les dé una especie de seguridad de que el cliente también está dentro del control.